viernes, 18 de marzo de 2011

BATALLA 30 DE MARZO DE 1844

  
La Batalla de Santiago o Batalla del 30 de marzo se libró  en Santiago, República  Dominicana, siendo esta la segunda batalla librada. Antes de iniciar la batalla de Santiago, los dominicanos se aprestaron a realizar  preparativos que  consistían en obtener  dinero para  la compra de  armas. 

La ayuda   de Ramón Matías Mella  y  Pedro  de  Mena fue  muy importante,  ya  que lograron donativos de muchas personas  pudientes  de  la ciudad.  En Santiago, Ciprián Mayol,   Juan Luis Bidó,  Ramón Bidó y otros dominicanos  ayudaron  con  recursos  económicos.  Empezaron a llegar refuerzos a Santiago, desde Baní al mando del coronel Ramón Santana.  Francisco Antonio Salcedo avanzaría  hasta  encontrarse con los haitianos en Talanquera y Escalante, con el propósito de contener el avance hacia Santiago. Este militar  estableció  su  cuartel  general  en  Escalante, cerca  de  Dajabón.  Las tropas de Pierrot avanzaron rápidamente y éste tomó  a Dajabón el 23 de marzo de 1844.

En Santiago existía un clima de terror, a lo cual se sumaba la situación creada con la retirada de los ejércitos de Pedro Santana. Ramón Matías Mella colaboró mucho en la organización de la defensa en San José de Las Matas. Con el  riesgo  de  perder  la  vida,  un  comerciante  llamado  Theodore  Stanley  Heneken,  avisó  a  las autoridades de Santiago de los Caballeros, sobre la proximidad de la invasión. Conversó con  Ramón Matías Mella y le detalló el plan de que tenían los haitianos. El 27 de marzo de 1844, fue llamado por la Junta de Gobierno dominicano el general José María Imbert, que era comandante de  Operaciones en Santiago, con el propósito de  que  organizara  el  contra ataque  a  los  haitianos. 
 Se  dispuso  a organizar las tropas. Atrincheró la ciudad, construyó fosos y tomó algunas precauciones importantes para ganar una batalla. José María Imbert se hizo acompañar de los oficiales Pedro Eugenio Pelletier, jefe  de  la  línea  principal,  Archielle  Michell,  encargado  de  la  Defensa  del  Fuente  Libertad,  el comandante Ángel Reyes, los coroneles Ramón Franco Bidó,  José Nicolás Gómez,  Fernando Valerio López,  los Artilleros  José M.  López,  Lorenzo  Mieses,  Dionisio  Mieses, José Gómez Mallot, Toribio Ramírez, Marcos Trinidad López, entre otros.
El general José María Imbert hizo manejo adecuado del terreno donde se iba a combatir. Antes de la Batalla . El 29 de marzo, al atardecer, el general Pierrot dividió sus tropas. Se acercó a la ciudad de Santiago de los Caballeros con más de 2,000 soldados en cada columna.   Antes  del  amanecer,  narraron  testigos  oculares que  “Entró a la ciudad un desfile militar de música por el Fuerte Libertad”.  Las tropas  invasoras  se  atrincheraron  en  Gurabito. Una parte de las tropas dirigidas por José María Imbert aguardaron en el fuerte “Dios, Patria  y Libertad”, frente a la sabana de Santiago de los Caballeros.
Inicio de la Batalla de Santiago . Después de haber cruzado el río Yaque del Norte y de atrincherarse, el ala derecha se dirigió  hacia  el  camino  de  La Herradura. El enemigo atacó y fue embestido por el general  José  María  Imbert  en el fuerte “Dios, Patria y Libertad” frente a la sabana de Santiago de los Caballeros. 
Los  haitianos contraatacaron y fueron rechazados por la artillería dominicana y la fusilería de Fernando Valerio López. Los haitianos lanzaron un ataque desesperado y fueron vencidos con los cañones del fuerte “Dios, Patria y Libertad” y por la infantería de Fernando Valerio López. El grupo de los Andulleros de  Fernando Valerio López jugó un papel muy importante en el  triunfo  de  los  dominicanos,  pues  aunque  muchos  de  éstos soldados murieron con sus lanzas en  las  manos,  los  demás  no se amedrentaron y continuaron la lucha. El general José María Imbert afirmó lo siguiente: “Nuestra  artillería  le  mató tanta gente que renunció a nuevos esfuerzos por  este  lado  del  Fuerte  Libertad”  .
El  enemigo  se  vió  obligado a reconcentrarse en la Sabana.    No obstante este triunfo, se demostró que el enemigo no se dio por vencido y continuó en sus planes de invasión. Este triunfo fue muy importante para los dominicanos, quienes reafirmaron su fe en la Independencia Nacional ya lograda el 27 de febrero de 1844.

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